Para comenzar este año 2008 y para no perder la costumbre de comenzar paseando, y antes de saltarme el charco izquierdo a comer Kimchi en Seúl, decidimos ir con unos amigos al lago Atitlán en el altiplano de este verde país. Por no tener mucho que hacer y si teniendo mucha curiosidad paramos visitando la casa de Maximón. Es extraño, y suele suceder en este país muy a menudo, el sentirse extranjero en tierra, digamos propia, y es que la ceremonia completamente en quekchí no mucho entendimos o más bien no entendimos de que se trataba, o que se le solicitaba a esta semi deidad, mezcla y remix de men in black, santos católicos, antiguas religiones Mayas y mucha resistencia cultural, le toco fumarse su cigarro, y tomarse su trago de aguardiente, pese a que es de madera...
Luego de un rato salimos bien ahumados, porque sin preguntar nos toco la limpia y ahumada de incienso y de montes, también salimos con la duda que pasará con el licor que cae dentro de esta figura de madera...
